7 síntomas provocados por el edificio enfermo (según la OMS)
La ventilación natural no es suficiente
Calidad del aire interior
El 90% de nuestro tiempo lo pasamos en espacios interiores, ya sea en nuestras casas, lugares de trabajo, escuelas u otros edificios. Debido a esta concienciación sobre la calidad del aire interior se ha puesto nombre a un fenómeno preocupante que afecta a la salud de las personas: el síndrome del edificio enfermo.
Síndrome del edificio enfermo: qué es
Lejos de lo que podrías pensar, el síndrome del edificio enfermo no se refiere al estado en sí del edificio. Más bien hace referencia a las enfermedades que sufren los habitantes u ocupantes de un edificio debido a las malas condiciones ambientales del mismo. Estas enfermedades están directamente relacionadas en la mayoría de los casos con la mala calidad del aire interior.
La OMS diferencia dos tipos de síndrome del edificio enfermo, por un lado, el que se da con carácter temporal, por ejemplo, que haya una reforma y empeore la calidad del aire durante un periodo determinado de tiempo; normalmente se clasifica hasta el medio año y pasado este tiempo los síntomas deberían desaparecen. Por otro lado, está el síndrome del edificio enfermo permanente, que es cuando hay una sintomatología persistente durante años incluso habiendo tomado medidas para solucionarlo.
¿Qué síntomas tiene el síndrome del edificio enfermo?
Para poder identificar si se tiene el síndrome del edificio enfermo se deben de tener algunos de estos síntomas.
Cansancio
Dolor de cabeza
Ojos secos
Presión en el pecho
Ojos llorosos y nariz tapada
Piel seca
Náuseas y mareos.
Lo más común es que se den en espacios laborales, ya que las oficinas suelen ser espacios cerrados herméticos y con mucha afluencia de gente. De ahí que sea un punto importante a abordar en los planes de riesgos laborales. Aunque también pueden darse en hogares con poca ventilación.
La ventilación y el síndrome del edificio enfermo
La ventilación adecuada en los edificios juega un papel crucial en la prevención y mitigación del síndrome del edificio enfermo. Aunque la ventilación natural sería lo ideal, en muchos casos no es suficiente para garantizar un suministro constante de aire fresco y eliminar los contaminantes presentes en el interior de los edificios. Es aquí donde la ventilación artificial desempeña un papel fundamental.
Mediante los sistemas de ventilación artificial se extrae e introduce de forma mecánica aire del interior de los edificios. Estos complejos sistemas cuentan con distintas partes que regular el flujo de aire, lo filtran y mantienen las condiciones de temperatura y humedad adecuadas. Al hacerlo, se mejora significativamente la calidad del aire interior y se previene la acumulación de contaminantes que pueden desencadenar el síndrome del edificio enfermo.
Una de las partes de este complejo sistema son las unidades de tratamiento de aire, que son unas grandes aliadas para prevenir el síndrome del edificio enfermo, por su capacidad para controlar y eliminar eficazmente los contaminantes del aire. Esto incluye la eliminación de partículas suspendidas, compuestos orgánicos volátiles (COV) liberados por productos químicos y materiales de construcción, dióxido de carbono generado por la respiración humana, humedad excesiva y otros contaminantes comunes. Al asegurar una renovación constante del aire interior, se reduce la concentración de estos contaminantes y se mejora la calidad del aire respirado por las personas.
Además, la ventilación artificial también cuentan con los humidificadores o deshumidificadores que, como intuirás por su nombre, ayudan a mantener niveles adecuados de humedad en los espacios interiores. La humedad excesiva puede propiciar el crecimiento de moho y bacterias, que son desencadenantes comunes del síndrome del edificio enfermo. Al regular la humedad y prevenir la acumulación de condensación, se reduce el riesgo de problemas respiratorios y alergias asociadas.
Es esencial emplear filtros en los sistemas de ventilación artificial para potenciar la calidad del aire en interiores por diversas razones fundamentales. En primer lugar, estos dispositivos son eficaces en la captura de partículas perjudiciales como polvo, polen, esporas de moho y otros contaminantes. Además, al mantener el sistema de climatización limpio, se garantiza un rendimiento eficiente y duradero del equipo, lo que conlleva ahorros energéticos y menores costes a largo plazo.
Es importante destacar que la eficacia de la ventilación proporcionada por los sistemas de ventilación depende también de que se haga un mantenimiento y operación adecuados. Además, es necesario realizar pruebas periódicas para verificar la calidad del aire interior y asegurar que los niveles de ventilación sean adecuados. En Systemair no solo contamos con una amplia gama de unidades de tratamiento del aire, si no que además también contamos con un equipo de profesionales que te pueden ayudar con el mantenimiento de los equipos.